lunes, 20 de febrero de 2017

O.J. / Made in America


Este año las nominaciones a los Oscar presentan un hecho inédito. Una serie de casi ocho horas sobre el crimen de O.J. Simpson es la favorita de la categoría Mejor documental. Este domingo se enfrentará, además, a una película exclusivamente estrenada en Netflix. Sí, la televisión llega a los Oscar. Tras pasar por festivales y convertirse en hogar de respetados guionistas, era cuestión de tiempo.
Y no es para menos. O.J.: Made in America (en Movistar +) es uno de los grandes productos culturales del año. Un reportaje pausado que utiliza el público juicio del jugador de fútbol americano para estudiar la historia de la lucha racial en EE UU, mientras se sumerge en temas que 20 años después siguen candentes: el universo de la celebridad, la violencia, los agujeros del sistema judicial....
El hecho de que haya sido elegida —mediante la estrategia de estrenarla en un puñado de salas— no solo difumina la división entre cine y televisión, sino que también denota el momento de apogeo que vive el género documental gracias a las nuevas ventanas.





De la mano de esta lluvia de plataformas y posibilidades, hoy llegan a España documentales antes imposibles de paladear. Mucho más allá de tiernos y salvajes animalitos. Ese es el caso de la otra gran candidata a la estatuilla: Enmienda XIII, película dirigida por Ava DuVernay (Selma) que equipara el sistema carcelario al esclavismo y la desigualdad racial. Bajo el paraguas de Netflix, la directora pudo rodar un reportaje periodístico con tiempo y medios. Un documental con un mensaje rompedor donde cuestiona las bondades del político mensaje de endurecer la ley y el orden. En pleno empacho de Trump, plantea discusiones sin respuesta sencilla que no tratan los informativos.
La televisión presenta un escaparate que presenta al cine documental con una salud encomiable. Las posibilidades son infinitas: Puedes revisitar la tragedia de una diva (What happened, Miss Simone), analizar misteriosos crímenes (Muerte en León o Making a Murderer) o investigar cómo se relacionan las cosquillas con una red de explotación. Todo por un módico precio, eso sí.

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