domingo, 12 de febrero de 2017

Vida de un escritor / "Galdós se lo gastaba todo en mujeres"

VIDA DE UN ESCRITOR

"Galdós se lo gastaba todo en mujeres", dice Pedro Ortiz Armengol

El diplomático recibe el Premio Fastenrath por su monumental biografía del escritor


ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS
Madrid 4 JUL 1997

Entre las posesiones de Pedro Ortiz Armengol (Madrid, 1922) se encuentra el viejo piso madrileño en el que supuestamente vivió Fortunata. Se lo compró hace 25 años a un panadero y todavía, aunque no vive en él, lo conserva. Sin embargo, el escritor y diplomático -que ha recibido el Premio Fastenrath de la Academia por su exhaustivo trabajo Vida de Galdós- asegura que el estudio de Benito Pérez Galdós nunca ha sido una obsesión sino una tranquila "dedicación" que nació con la lectura de sus obras en el colegio.
La afición de Galdós a las mujeres es uno de los terrenos en los que Ortiz Armengol ha logrado ampliar más la biografía del autor de Misericordia. "Galdós era un hombre muy alto y delgado, de cabeza pequeña y de aspecto muy descuidado", explica el biógrafo. "Ganó muchísimo dinero y todo se lo gastaba en mujeres. A todas les ponía un piso. Recuerdo que seguí las cartas enviadas a una tal Conchita que me desorientaron durante mucho tiempo, hasta que finalmente descubrí que el problema era que había dos Conchitas. ¡Y simultáneas! Curiosamente la vida privada de Pérez Galdos, cuyo anticlericalismo era radical, jamás se aireó. Se respetaba, lo que dice mucho, y bueno, de la sociedad española de entonces". Sin embargo, para Ortiz Armengol, Galdós no fue un hombre "dominado por las pasiones eróticas" sino un hombre más realista que romántico y "al servicio de la burguesía". Galdós, supo mantener en la más absoluta sombra su vida para que de ninguna manera pisara su obra.

Casi mil páginas

Vida de Galdós, publicada hace un año por Crítica, es una biografía de casi mil páginas en la que Pedro Ortiz Armengol ha plasmado su devoción por Galdós. Una biografía en la que, según los críticos, "está todo". "Es que sobre Galdós ya no me queda nada que decir", añade el escritor, cuya afición al autor de los Episodios nacionales nació de niño en el Instituto Escuela. "Todavía conservo los ejemplares que leí entonces... Luego, de adolescente, me centré en Pío Baroja. Finalmente volví a Galdós. Quería dedicarme intensamente al estudio de un escritor y lo elegí a él... Hoy, de toda su obra, mi favorita es sin duda Fortunata y Jacinta". Embajador de España en Filipinas entre 1981 y 1987 ("hasta mi jubilación"), el escritor está hoy volcado en la preparación de conferencias y artículos sobre la conmemoración del 98. En su despacho de Madrid, rodeado de su colección de figuras de rinoceronte ("simbolizan la humanidad víctima de la fuerza salvaje") y de sus ordenadas fichas y libros sobre los temas a los que dedica desde hace años su tiempo ("Mi biblioteca sobre Filipinas. es una de las más completas de España"), el diplomático explica el fenómeno de la antigua colonia como el de un "mundo aparte" que nada tiene que ver con el de Cuba o Puerto Rico.
"Tengo muy viva la idea de que la Filipinas española del siglo XIX fue un mundo que no se ha repetido. No se pareció a nada", explica Armengol, que prepara junto al escritor Arturo Pérez-Reverte un guión cinematográfico sobre los últimos de Filipinas. "La Filipinas española, con todos sus defectos y errores, es una realidad absolutamente desconocida, cuando no tergiversada, por la Filipinas de hoy. Mis novelas sobre ese país son una reacción personal ante ese desconocimiento".
* Este articulo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de julio de 1997
EL PAÍS



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