lunes, 31 de octubre de 2016

Tippi Hedren acusa a Alfred Hitchcock de acoso sexual



Tippi Hedren acusa a Alfred Hitchcock de acoso sexual

En sus memorias, la actriz asegura que el director abusó de ella, según publica 'The New York Post


EL PAÍS
Madrid 30 OCT 2016 - 17:02 COT

Tippi Hedren, de 86 años, acusa a Alfred Hitchcock de acoso sexual. Lo hace en sus memorias, a las que ha tenido acceso The New York Post. El libro, que se titula Tippi, sale a la venta el próximo martes. En él, la actriz, que alcanzó la fama mundial gracias a Los Pájaros (1963), asegura que, durante los seis meses que duró el rodaje, sufrió constantes abusos por parte del director, que la intimidó y fue cruel con ella.  

Tippi Hedren / La rubia que escapó de Hitchcock


La rubia que escapó de Hitchcock

Tippi Hedren, abrió la boca para desmitificar a Hitchcock en 'The girl'


ROCÍO AYUSO
Los Ángeles 27 AGO 2013 - 13:34 COT

A lo largo de su carrera, Alfred Hitchcock creó muchas estrellas. Especialmente entre sus actrices, mujeres como Grace Kelly, Kim Novak, Ingrid Bergman, Janet Leigh o Eva Marie Saint. Pero el maestro del suspense también cimentó en esos mismos años grandes pesadillas. Historias de horror como las que contó en clásicos tipo Psicosis o Los pájaros. O como las que le hizo vivir a algunas de sus heroínas, esas mujeres bellas, rubias y de una frialdad particular que tanto le gustaban al director y de las que no sólo se enamoraba la cámara. Sólo una, Tippi Hedren, abrió la boca para desmitificar al maestro del cine. Y su historia finalmente se ha convertido en película gracias a The girl, coproducción entre la BBC y la cadena de pago estadounidense HBO que Canal + 1 (22.30) estrena este miércoles.

Tippi Hedren / Alfred Hitchcock arruinó su carrera, pero no su vida

Alfred Hitchcock y Tippi Hedren en 1963. 

Alfred Hitchcock arruinó su carrera, pero no su vida

La actriz Tippi Hedren ha recordado su traumática experiencia con el emblemático cineasta

Según ella, su empeño en transformarla en "su nueva Grace Kelly" derivó en obsesión sexual

Sus declaraciones coinciden con el lanzamiento de una película que recrea su relación


BORJA BAS
7 SEP 2012 - 18:00 COT



“Arruinó mi carrera, pero no mi vida”. Cincuenta años después del rodaje de Los pájaros, Tippi Hedren exponía ante la prensa su trauma con quien la descubrió, acosó y repudió. La excusa, la presentación, a principios de agosto, del telefilme de la HBO The girl, donde la actriz se ha visto encarnada por Sienna Miller y que se estrenará en EE UU el 20 de octubre. La cinta refleja la obsesión que sintió Alfred Hitch­cock hacia su musa de entonces y el sufrimiento que ella vivió en silencio para evitar perjudicar su propio futuro en el cine. Preguntada por el supuesto amor que el cineasta le profesaba, Hedren reflexionó: “No sé cómo llamar a aquello, pero desde luego no era amor. Cuando quieres a alguien, lo tratas bien. Estamos ante una mente [la de Hitchcock] incomprensible. Era malvado, pervertido, casi hasta peligroso”.

domingo, 30 de octubre de 2016

John Banville / "La novela ofrece un mundo de ficción más verdadero que el mundo tangible"

John Banville


John Banville: "La novela ofrece 

un mundo de ficción más verdadero 

que el mundo tangible"


El escritor irlandés -cuya última novela, La guitarra azul, llega 
esta semana a la Argentina- define la tarea del arte: "Mostrarnos 
lo extraordinario que es lo ordinario"
Débora Vázquez
LA NACION
SÁBADO 30 DE ABRIL DE 2016



"Para escribir me gusta usar esta lapicera fuente japonesa, una Nakaya, hecha a mano, en madera, y un cuaderno para manuscritos creado por el maestro encuadernador Anthony Cains" Fotos: Santiago Filipuzzi.


 Es uno de los prosistas más celebrados en lengua inglesa, nació en Irlanda y se considera a sí mismo un novelista europeo. Escribe policiales bajo el alias de Benjamin Black, aunque nadie ignora quién se oculta bajo ese seudónimo, y por supuesto publica novelas que firma con su nombre y apellido: John Banville (Wexford, 1945). En otra vida intentó ser pintor, fue empleado de Aer Lingus y editor del suplemento literario del Irish Times. Hoy se dedica exclusivamente a la literatura, o lisa y llanamente, como él preferiría decirlo para no pecar de solemne, a escribir bien.

John Banville / “Mi esposa dice que vivir con un escritor es como vivir con un asesino”

John Banville

John Banville: “Mi esposa dice que vivir con un escritor es como vivir con un asesino”


Candidato recurrente al Nobel, el irlandés John Banville es un autor refinado, hipnótico y paciente, salvo cuando se transforma en el vertiginoso Benjamin Black, el seudónimo que usa para escribir policial negro. Dice que la novela debe obedecer reglas populares. Entrevista exclusiva Ciudad X. 


Por Javier Mattio
07/05/2015 12:29




Pocas veces se da la posibilidad de entrevistar a dos escritores en uno: es el caso del eximio John Banville (Wexford, Irlanda, 1945), invitado a la Feria del Libro de Buenos Aires, quien hace un tiempo firma buena parte de sus libros como su alter ego Benjamin Black, el que le da vida a la saga noir protagonizada por el bonachón forense Quirke en la conservadora Irlanda de la década de 1950. Con Órdenes sagradas, el último libro de Black publicado en la Argentina, donde Quirke se entromete en sombríos asuntos católicos –en inglés ya se consigue Even the dead, la siguiente y séptima entrega–, el desdoblamiento comienza a asumir dimensiones que van más allá del pasatiempo: en cualquier momento el doble policial superará en libros al refinado original. Pero nada amedrenta menos al laureado Banville, ganador del Booker y el Príncipe de Asturias, candidato recurrente al Nobel y responsable de una obra soberbia, tan brillantemente inteligente como oscuramente introspectiva, en donde la niebla pulp de Benjamin Black cobra visos metafísicos y fantasmales con referencias profundas a los sueños, el pasado y las alucinaciones: la sustancia que alimenta a Black es la misma que segrega Banville, pero hay un cuidadoso y aceitado colador entre medio.

John Banville / Dublín negro

John Banville

John Banville

Dublín negro

Enric González
3 MAY 2008

Es un maestro de la lengua inglesa en Irlanda, el país de los grandes narradores de historias. Ahora firma con el seudónimo de Benjamin Black El otro nombre de Laura, una deslumbrante novela negra de crímenes, hipocresía y desencanto.

John Banville / El intocable / Reseña de Iñigo Pereyra




John Banville

EL INTOCABLE


Reseña de Iñigo Pereyra

Richard Ford / Mis libros favoritos



Seguro que a muchos de los lectores les suena El Círculo de Cambridge o Los Cinco de Cambridge. Me refiero a un grupo de cinco alumnos de esta famosa universidad británica, que fueron reclutados por el servicio de espionaje soviético en los años treinta. Precisamente, esta historia verídica, es la base de la novela que hoy reseño, escrita por John Banville, flamante Premio Príncipe de Asturias 2014. No nos encontramos ante una novela histórica, pero su base real y algunos acontecimientos históricos, sobrevuelan a lo largo de su redacción. Los nombres han sido cambiados, pero parte de los hechos se basan en experiencias vitales protagonizadas por estos cinco personajes, cercanos en sus años jóvenes a las ideas socialistas, que por diferentes razones trabajaron para la Unión Soviética, hasta bien entrados los años 60.

John Banville / El intocable / Reseña





He de decir que a punto he estado de etiquetar este libro como "biografía", en vez de como "novela", porque el "intocable" del título, el personaje alrededor de la cual gira la historia, está basado, sin apenas algún disimulo, en el espía británico Anthony Blunt, ex-caballero de la Corona Real británica, crítico e historiador del arte experto en Poussin, profesor universitario, conservador de la colección real inglesa de pinturas -y asesor de la reina-, espía a favor de los servicios secretos soviéticos desde los años 30, formando parte de los llamados "cinco de Cambridge", y desenmascarado públicamente como tal por Margaret Thatcher en 1979 (aunque ya había sido descubierto quince años antes). Aparecen también, con otros nombres, personajes célebres de la época -o basados en ellos- como el también espía Guy Burgess, el novelista Graham Greene o el "padre" de la inteligencia artificial, Alan Turing... entre otros cuya auténtica identidad sin duda se me escapa.

sábado, 29 de octubre de 2016

El triunfo de la forma / Reflexiones sobre la obra de John Banville

John Banville

El triunfo de la forma

Reflexiones sobre la obra de John Banville
BIOGRAFÍA

Por Alejandro Nájera


…in literature we move through a blessed
world, in which we know nothing except
through style, and in which everything is
redeemed by style.
Henry James
The thing itself.
John Banville
Comienzo con una anécdota. George Steiner alguna vez afirmó que John Banville es “el escritor en lengua inglesa más inteligente, el estilista más elegante”. Para un gesto de reconocimiento, uno de aparente desaire. Hay que tener sentido del humor –ácido, de preferencia–, un ingenio mordaz, una inteligencia perspicaz y, sí, también cierta dosis de arrogancia, para no tomar en serio los elogios de la crítica literaria, menos aún si provienen de la pluma de una de las autoridades más respetadas. Así es, hay que ser John Banville para comentar, no sin insolencia, que “el viejo Steiner sólo ha dicho eso para demostrar su erudición”. La anécdota, si se quiere, puede ser banal, una de esas cosas que se cuentan en una reunión, con un tono de falsa modestia, para demostrar que uno está al tanto de lo que acontece en el panorama literario actual. Pero no es así. Sin duda hay ironía en sus palabras, de hecho, Banville es asiduo a practicarla, al menos así lo revelan numerosas entrevistas. La ironía es un modo de decir algo con la intención de decir otra cosa, generalmente lo contrario. Acaso el lector ha experimentado un ferviente deseo de objetar contra la escualidez de esta definición. Sin embargo, no es mi propósito realizar, aquí, una exhaustiva discusión sobre la ironía; sólo quiero señalar que es uno de las tantos recursos de un escritor profundamente preocupado por los modos, por las formas.

John Banville / Imágenes de Praga / Reseña de Andrés Barba


Praga

John Banville 

IMÁGENES 

DE PRAGA

Traducción de F. Chueca. Herce. 
Madrid, 2008. 228 páginas, 18’5 e.

ANDRÉS BARBA 
15/05/2008



John Banville
En una conmovedora confesión al comienzo de este libro John Banville (Wexford, Irlanda, 1945) asegura que, cuando era joven, pensaba que para conocer de verdad un lugar, había que enamorarse de él. Esta joya de libro no es sólo fruto de un enamoramiento obvio por la ciudad de Praga, un enamoramiento del que el autor no siempre sabe dar cuenta (como nosotros tampoco a veces sabemos dar cuenta de nuestro enamoramiento por algunas personas), sino de una meticulosa revisión del género de la literatura de viajes. El mundo anglosajón creó el género, y libros como éste parecen confirmar que su renovación estará también siempre en manos anglosajonas. Banville, con la destreza que ya le conocerán los lectores de sus obras de ficción salta de la biografía a la crónica histórica (especialmente en relación a los acontecimientos de la primavera de Praga), y de ahí al ensayo artístico, centrado básicamente en el análisis de la obra del fotógrafo Josef Sudek. Desde luego este libro no es comparable a una guía azul de monumentos de Praga, pero tampoco es estrictamente una guía sentimental. Su honestidad va más allá y el autor sabe muy bien que podría resolver perfectamente un libro impecable acerca de sus emociones personales en la ciudad de Praga (impecable e irrefutable, como todo lo que es sentimental). Banville se hace aquí una pregunta más angulosa y más difusa: ¿Cómo se puede conocer una entidad tan amorfa y esquiva como Praga? ¿Qué es Praga? ¿Es su esencia inherente a la bonita plaza de la Ciudad Vieja, con sus cafés y su famoso reloj o, todo lo contrario, a los latentes suburbios de hormigón donde la mayoría de los praguenses viven sus vidas decididamente nada bohemias? ¿Dónde, en qué época (y esta pregunta podría ser referida a cualquier gran ciudad) podemos situarnos para encontrar la mejor vista, la más auténtica?


John Banville / Imágenes de Praga / Reseña de Alejandro Aliaga


John Banville
BIOGRAFÍA
IMÁGENES DE PRAGA

Alejandro Aliaga
31 de julio de 2008

“No es necesario que salgas de casa. Quédate en tu mesa y escucha. Ni siquiera escuches, espera solamente. Ni siquiera esperes, quédate completamente solo y en silencio. El mundo llegará a ti para hacerse desenmascarar; no puede dejar de hacerlo, se prosternará extático a tus pies”. De este modo –a través de uno de los aforismos más reproducidos de los varios que escribió–, Kafka aconsejaba viajar y conocer el mundo. Y por extraño que parezca, décadas más tarde John Banville, lejos de contradecirlo escribiendo Imágenes de Praga, un recorrido por las calles y la historia de la mítica capital checa, parece darle la razón al hijo ilustre de esa misma ciudad. Porque más que un libro “de viajes”, este volumen se compone de recuerdos, revisiones históricas, pequeñas y grandes anécdotas que siempre encubren historias más íntimas, y de todo cuanto el autor de El marcree preciso para rendir un elegante y personal homenaje a Praga, a su Praga, a la ciudad a orillas del Moldava donde, para él, “el silencio es más una presencia que una ausencia”.

John Banville es John Banville

John Banville es John Banville

El dulce secreto de Willem Dafoe


WILLEM DAFOE

El dulce secreto de Willem Dafoe


El actor estadounidense cuenta cómo logra el equilibrio entre Hollywood y el cine de autor

LUIS PABLO BEAUREGARD
Morelia (México) 29 OCT 2016 - 20:19 COT

Un particular silbido atraviesa el aire de una gran habitación colonial en el centro de Morelia. El sonido tiene cadencia y ritmo y se produce cada vez que Willem Dafoe pronuncia una palabra. “Sssssssometimes… becausssssse… falsssse freedom”. El actor estadounidense de los incisivos separados habla —y silba— a un pequeño grupo de periodistas. Su voz se proyecta en la sala como si estuviera en el escenario del Teatro X de Wisconsin, donde Dafoe comenzó su carrera en los años setenta.
El actor visitó Morelia junto a su esposa, la italiana Giada Colagrande. Ambos estrenaron Padre en el Festival Internacional de cine. La cinta, dirigida por Colagrande, es el cuarto largometraje que hacen juntos. “Fui partícipe y testigo al mismo tiempo del proceso porque Giada era como una fuerza de la naturaleza en este proyecto”, dice Dafoe en entrevista con EL PAÍS.
Willem Dafoe y su esposa, Giada Colagrande.


La pequeña película fue rodada en Roma durante las vacaciones de Navidad de 2015. La obra se sacó adelante con la ayuda de amigos. El famoso músico italiano Franco Battiato y la artista rusa Marina Abramovic forman parte de este relato de un padre que intenta comunicarse con su hija desde la muerte.
Padre, una cinta hecha con muy poco presupuesto y destinada a verse en festivales o pequeñas salas de cine de autor, sirve de ejemplo para mostrar el equilibrio que Dafoe ha logrado en su carrera. “Como artista siempre he tenido una vida esquizofrénica”, dice. Nacido en 1955 e hijo de un matrimonio formado por una enfermera y un cirujano, Dafoe renunció a la medicina, la tradición familiar, cuando comenzó a experimentar con el teatro avant garde.
Primero lo hizo en su Wisconsin natal, donde formó parte del Teatro X, una compañía universitaria. En 1977, Dafoe se mudó a Nueva York para fundar el grupo Wooster, con el que montó varias obras experimentales. “Siempre estaba en este campo muy marginal. Éramos un grupo de jóvenes haciendo cosas que la gente no quería ver”.
La primera oportunidad para hacer cine le llegó en los años ochenta, cuando obtuvo un papel para trabajar en Heaven’s gate, la esperada cinta de Michael Cimino tras la celebrada The Deerhunter. Las cosas no funcionaron y Dafoe fue despedido del proyecto. La película de Cimino se convirtió en un desastre que terminó por mandar a un estudio a la bancarrota. Poco tiempo después, Kathryn Bigelow le dio su primer protagónico al joven de Wisconsin en The Loveless (1981).
Dafoe se ha convertido en testigo de la transformación de Hollywood. En su primera década como actor cinematográfico trabajó con Oliver Stone, William Friedkin, Alan Parker y Martin Scorsese. Con este último en la polémica La última tentación de Cristo. Su carrera se forjó cuando los directores eran la parte central de los proyectos. Las cosas han cambiado. “Los directores y los estudios han perdido poder porque las cintas se están financiando por gente fuera de la industria”, dice. “Los actores tienen más poder que nadie y eso afecta lo que un director quiere decir con su película”. Y agrega: “Algunos directores no están interesados en sacar a los actores de sus zonas de confort”.
Esto ha llevado a Dafoe a buscar nuevas fronteras. Ha realizado más de 20 películas en Europa, donde busca nuevas expresiones artísticas y una forma de trabajar diferente de la de Hollywood. “Creo que aprendí que se puede generar una flexibilidad y una libertad porque los criterios de cada uno de estos mundos son diferentes”.
Este método ha ayudado a Dafoe a hacer películas íntimas junto a su esposa y, al mismo tiempo, preparar su papel como el científico Nuidis Vulko en la Liga de la Justicia y Aquaman, las entregas cinematográficas de DC Comics para los próximos años. “Es posible existir en los dos mundos al mismo tiempo. Es como un dulce secreto”.






“ESTOY EN SU TERRITORIO Y QUIERO SER MEXICANO”


En las próximas semanas, Dafoe iniciará los ensayos de Opus cero. La cinta significa la vuelta del actor a México desde 2003, cuando filmó en Guanajuato Once Upon a Time in Mexico, la tercera entrega del personaje de El Mariachi, creado por Robert Rodríguez. “Estoy en su territorio y quiero ser mexicano. Esa es mi actitud donde quiera que trabaje”, confesó el actor. Días antes, Dafoe ya había comenzado su proceso de mimetización tratando de palmear unas tortillas de maíz en Pátzcuaro, Michoacán.
Opus cero es la ópera prima del australiano Daniel Graham, quien fue productor en línea de Carlos Reygadas en Post Tenebras Lux. La cinta será filmada en Real de Catorce, en San Luis Potosí y contará la historia de un músico (Dafoe) que llega al pueblo tras la muerte de su padre. Un amigo de éste, protagonizado por Brontis Jodorowsky, lo recibe en el lugar para pasearlo por lo que fue el hogar de su papá. En la cinta también actuarán las mexicanas Irene Azuela y Cassandra Ciangherotti. “Lo veo como una aventura total y estoy emocionado”, dijo Dafoe en Morelia.
EL PAÍS

Ken Loach / “Todas las historias humanas son políticas”

Ken Loach

Ken Loach

“Todas las historias humanas son políticas”

El cineasta inglés estrena a sus 80 años 'Yo, Daniel Blake', con la que ganó en el pasado festival de Cannes su segunda Palma de Oro



PABLO GUIMÓN
Londres 29 OCT 2016 - 11:13 COT


Yo, Daniel Blake es la historia de un hombre bueno abandonado por un sistema malo. Un trabajador honrado sufre un ataque al corazón que le condena al reposo. Sin ingresos, solicita apoyo del Estado y se ve enredado en una cruel espiral burocrática. Esperas absurdas al teléfono, entrevistas humillantes, formularios estúpidos, funcionarios a los que el sistema ha desprovisto de empatía. Kafka en los años de la austeridad. En esa deshumanizadora espiral Daniel se encuentra con Katie, madre soltera de dos hijos, obligada a mudarse a Newcastle porque el sistema dice que no hay lugar donde alojarlos en una ciudad, Londres, con 10.000 viviendas vacías. Daniel se convierte en un padre para Katie y un abuelo para los niños. La humanidad que desprenden subraya la indignidad del monstruo que los condena. He ahí, como habrán reconocido sus fieles, el toque Ken Loach.

Su cine siempre ha estado del lado de los de abajo y, con 80 años, la realidad le sigue proporcionando argumentos para ponerse detrás de la cámara. Yo, Daniel Blake, Palma de Oro en el último festival de Cannes (la segunda de Loach), es una película espartana. No hacen falta piruetas para conmover con esta historia que escribió Paul Laverty, amigo y guionista, después de patearse bancos de alimentos, centros de empleo y otros escenarios trágicos del Reino Unido de hoy, donde conoció a muchos daniels y katies. La realidad de Loach (Nuneaton, 1936) está ahí fuera para quien quiera verla. Pero en un mundo inmune a los datos, la emoción que despliega el cineasta para contar esa realidad resulta más valiosa que nunca. Recibe a EL PAÍS en sus oficinas del Soho londinense.
Pregunta. ¿Cómo hemos llegado a la situación que describe su película?
Respuesta. Es un proceso inevitable, es la forma en que se ha desarrollado el capitalismo. Las grandes corporaciones dominan la economía y eso crea una gran bolsa de gente pobre. El Estado debe apoyarlos, pero no quiere o no tiene recursos. Por eso crea la ilusión de que si eres pobre es tu culpa. Porque no has rellenado tu currículo correctamente o has llegado tarde a una entrevista. Montan un sistema burocrático que te castiga por ser pobre. La humillación es un elemento clave en la pobreza. Te roba la dignidad y la autoestima. Y el estado contribuye a la humillación con toda esa burocracia estúpida.
P. ¿Abandonar a los más desfavorecidos es una elección política?
R. Es una elección política nacida de las demandas del capital. Si los pobres no aceptasen que la pobreza es su culpa, podría haber un movimiento que desafíe el sistema económico. Los medios hablan de gente vaga, de adictos, de personas que tienen demasiados hijos, que compran televisores grandes… Siempre encuentran historias para culpar a los pobres o a los migrantes. Es una forma de demonizar la pobreza. Este invierno muchas familias tendrán que elegir entre comer y calentarse. Hay una determinación de la derecha para no hablar de ello y es asombroso que lo toleremos.
P. La situación recuerda a Cathy Come Home, su película de 1966 sobre una familia joven que se ve en la calle. ¿Qué ha cambiado en 50 años?
R. Ahora es peor. Entonces aún funcionaban los elementos del Estado de bienestar, ahora no. La sociedad hoy no está tan cohesionada. Sucede en toda Europa. El sistema se ha vuelto peor porque el proceso capitalista avanza.
P. ¿Las historias humanas son su vehículo para articular mensajes políticos?
R. Todas las historias humanas son políticas. Tienen consecuencias políticas. Ni Katie ni Dan son animales políticos. No dan discursos, no van a reuniones. Pero la situación en la que se encuentran está determinada por la política. Tiene que haber individuos. No vale alguien que represente algo. Deben ser idiosincrásicos. Deben ser personas con cosas particulares que las hagan especiales.







P. ¿Todo el cine es político?
R. El cine estadounidense rinde culto a la riqueza. Los personajes tienen dinero y casas bonitas. Y nunca se explica de dónde viene ese dinero. Todos se ven muy saludables, con cuerpos perfectos. El subtexto es que la riqueza es buena, que el privilegio es bueno. Además de otros mensajes, como que el hombre con la pistola resolverá todos tus problemas. Hay una agenda de derechas en el cine estadounidense. Excepto Chaplin, claro. Sus películas contienen una cierta política radical, la del hombre pequeño que gana.
P. Usted apoya a Jeremy Corbyn, el controvertido líder laborista ¿Cree que su proyecto de izquierda podría cambiar la realidad que describe en su película?
R. Sí, soy optimista. Sanders, Podemos, Syriza... Hay una sensación de que otro mundo es posible. El auge de Corbyn es muy esperanzador, pero es sistemáticamente atacado por toda la prensa, la BBC, incluso los periódicos de izquierdas. Es una gran lucha, pero es muy popular entre las bases.






"El cine estadounidense rinde culto a la riqueza. Los personajes tienen dinero y casas bonitas. Y nunca se explica de dónde viene ese dinero. Hay una agenda de derechas en ese cine"

P. A menudo, como ha demostrado su país, sucede que entre los más desfavorecidos calan los mensajes populistas y xenófobos.
R. Ofrecen una respuesta simple: los inmigrantes se llevan tu trabajo. Es lo mismo que el auge del fascismo en los años 30. Es fácil señalar al diferente. La gente siempre es vulnerable a las respuestas sencillas. La izquierda tiene una respuesta más complicada.


P. ¿Qué piensa cuando oye decir a Theresa May que los tories son el partido de la clase trabajadora?
R. Sería una broma si no fuera porque nadie se lo discute. Es un Gobierno que utiliza el hambre como arma, que hace a la gente hambrienta para disciplinarla. Es propaganda.
P. Insinuó que Jimmy’s Hall (2014) iba a ser su última película, pero volvió y ganó la palma de oro. ¿Con esta sí echa el cierre?
R. No lo sé. Como en fútbol, iremos partido a partido. Hay muchas historias que contar pero físicamente el cine es muy exigente.
P. ¿Cómo le gustaría se recordado?
R. Como alguien que no se rindió, supongo. No rendirse es importante, porque la lucha sigue. Y la gente tiende a rendirse cuando se hace vieja.