martes, 3 de mayo de 2016

Juan Carlos Rulfo / Me cuesta trabajo recordar la voz de mi padre

Juan Rulfo
"Me cuesta trabajo recordar la voz de mi padre"
BIOGRAFÍA DE JUAN RULFO
  • JUAN CARLOS RULFO Director y guionista
VERÓNICA CALDERÓN Madrid 28 ABR 2011 - 22:23 CET

Dicen que no cualquier director de cine atendería con tanta amabilidad a cada una de las peticiones del fotógrafo mientras posa en los verdes jardines del Palacio de Linares de Madrid, sede de la Casa de América. Pero desde el minuto uno, Juan Carlos Rulfo (Ciudad de México, 1964) deja claro que sus intereses no tienen mucho qué ver con el allure que rodea al cine. A él le gusta contar historias y la biografía de su padre, el escritor mexicano Juan Rulfo (1917-1986) es el punto del que parten y al que siempre vuelven sus historias.
No le molesta en absoluto hablar de su padre. "Es más molesto, y eso anótalo bien, que me pregunten si me molesta hablar de él". A Juan Carlos Rulfo le gusta observar y, sobre todo, escuchar. Vino a Madrid a hablar de su padre en el ciclo Ausencia y Presencia que organiza Casa de América, y es la primera vez que participa en un acto en que el tema central es, justamente, Juan Rulfo. Durante su visita a la capital española se proyectaron también tres cortos documentales (Con los ojos de Juan Rulfo, 1995; Luvina, 1996 y El llano en llamas, 50 años, 2001) que el entonces novel cineasta realizó a partir de la figura de su padre, uno de los principales autores de la literatura mexicana. "[Las películas] van de él, pero no se centran en lo que es él. Parten de un lugar muy concreto en el sur de Jalisco [oeste de México] y es a partir de ahí que vienen todas estas historias", explica.

"Es más molesto que me pregunten si me molesta hablar de él", explica el guionista

"Hay que partir de un lugar concreto para contar historias universales", cuenta
"Se sobrevalora la realidad", comenta. Rulfo relata que, en sus viajes a los escenarios que su padre describió enPedro Páramo y El llano en llamas, los pobladores se muestran más interesados en comprobar que los sitios son los "reales", la inspiración auténtica de Rulfo escritor. "Por ejemplo, te muestran la alcantarilla real donde el personaje que inspiró a Macario [el protagonista de un cuento de Juan Rulfo] mataba las ranas, y así. Te dicen "éste es el verdadero Llano en llamas y no el del otro lado, y así un pueblo se pelea con el otro por la posesión del auténtico llano". Juan Carlos Rulfo, no obstante, que es la realidad la que sirve de plataforma para hallar historias universales, aún en los pueblos más pequeños asentados en el occidente mexicano. El director de Del olvido al no me acuerdoEn el hoyo y Los que se quedan asegura que, para él, la imagen de Juan Rulfo es una que no comparte el resto del mundo. Él no habla de Juan Rulfo, el escritor, el fotógrafo, el cuentista. Él, antes que nada, habla de Juan Rulfo, el padre.
El único viaje que realizaron al extranjero, relata, fue precisamente a España. "Paseábamos por el paseo de Gràcia de Barcelona y recuerdo que me llamaba la atención a los detalles de los edificios, antes de hacer una fotografía", recuerda. ¿Cómo era ser hijo de Juan Rulfo? "Normal", se encoge de hombres. "Yo en ese entonces no sabía bien qué quería hacer en la vida. Estaba estudiando comunicación y de repente muere [en 1986]", comenta. Juan Carlos Rulfo tenía 22 años. "Ahora que se cumplen 25 años... ya tengo más tiempo de no estar con él del que estuve con él", dice en voz más baja, como para sí mismo. "Es chistoso".
Rulfo subraya que no se siente un especialista literario, sino un conocedor del entorno en el que creció su padre. Un impulso que le llevó a visitar la hacienda de su abuelo, Juan Nepomuceno Rulfo, cuyo asesinato en 1927 desencadenó "una historia de mito y leyenda", según palabras de su nieto. Fue el punto de inspiración para El abuelo Cheno y otras historias y Del olvido al no me acuerdo, que reúnen testimonios de algunos de los mozos y los peones de la hacienda de su abuelo, entre otros personajes. "Ahí descubrí un mundo que me gustaba, no sabía si era documental o ficción o qué era y al terminar entendí que la historia no tenía que ver con Juan Rulfo. sino con estos personajes. Ellos no podían creer que yo fuera su hijo, además apenas y lo conocieron, al que conocieron fue a mi abuelo", detalla.
Quizá lo que más valora del legado de su padre es su voz. ¿Siente algún revuelco en el corazón cuando le escucha, a 25 años de su muerte? "Sí", responde sin chistar. "Aunque esa es su voz de escritor, solemne. Me cuesta más trabajo recordar la voz cotidiana, la que escuchaba todos los días".


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