domingo, 18 de marzo de 2012

Cindy Sherman / Fotografías



           Cindy Sherman afirmó alguna vez que sus fotos han de ser consideradas como arte conceptual. Su enfoque conceptual es evidente, entre otras cosas, en la división de su obra en series. Por mucha variedad que tengan esas series, hay temas constantes como el enfrentamiento con la pintura por medio de la fotografía o el interés por la imagen social de la mujer. Las primeras fotos que hicieron famosa a Cindy Sherman de un modo fulminante, a comienzos de los años ochenta, fueron sus “Film Stills”. Esos autorretratos en blanco y negro muestran a la artista en diferentes situaciones que, formal y materialmente, recuerdan fotos fijas de filmes de los años cincuenta y sesenta. Después, Sherman ya sólo hizo fotografías en color.
              Por largo tiempo trabajó sobre su propio autorretrato en mil posturas diferentes, adoptando otras tantas identidades. Con este artificio planteaba la relación entre hombres y mujeres: cómo ve el hombre a la mujer y cómo se ve la mujer a sí misma.
             Para formalizar estas mutaciones se ‘apropió’ –usando disfraces y prótesis- de la secretaria de la bibliotecaria, de la mujer objeto y de la niña inocente. También utilizó los estereotipos de la televisión de los años cincuenta, de los avisos comerciales y de los filmes de horror; se convirtió en los personajes de muchos cuadros famosos –generalmente retratos- de grandes pintores como Holbein, Giulio Romano, Watteau, Goya, Caravaggio y Raffaelo Sanzio (History Portraits, 1988-1990).
             Una serie de gran importancia para su obra fue la que, en 1981, hizo por encargo de la revista de arte neoyorquina “Artforum”. Estas fotos –que se imprimieron a doble página, en un formato muy apaisado, acorde con las dimensiones de la revista- muestran a la artista frecuentemente tumbada con un rostro inexpresivo.
            Hacia 1983 hizo sus primeras fotos de modas, en las que caricaturizaba el ideal habitual de belleza femenina. A lo largo de su carrera, desde “Fairy Tales”(1985), hasta “Disasters” (desde 1986), Sherman ha ido modificando sus autorretratos cada vez más, las protestas que ya utilizó en History Portraits han llegado a convertirse en protagonistas en “Sex Pictures” (1992).
           Del mismo modo que sucederá más tarde en sus “Horror Pictures” (desde 1994), ya en sus obras desaparece completamente el cuerpo de la artista; sólo volverá a aparecer aisladamente in persona en algunas de sus tardías “Mask Pictures” (a partir de 1995). Sherman ha unido el tratamiento de la situación social de la mujer y los aspectos de la historia del cine, en su proyecto más ambicioso hasta la fecha: la película de horror “La asesina de la oficina”(“Office Killer”, 1997).



Las mil máscaras de Cindy Sherman

El Espectador, 12 de marzo de 2012

El Museo de Arte Moderno de Nueva York inauguró la semana pasada una retrospectiva de la artista estadounidense, quien ha centrado su arte en los autorretratos.

           Cindy Sherman es la viva representación de las mil caras. No sólo ha asumido los múltiples roles que requieren el detrás de una producción fotográfica como el de maquilladora, estilista, modelo, peluquera y fotógrafa sino que el resultado final, sus autorretratos, ha creado e inventado personajes por más de 35 años de carrera artística.
             Irreverente. Provocadora. Transgresora. Esa ha sido Sherman, quien ha sabido crear un cuerpo de trabajo, coherente y poderoso, que de alguna manera ha marcado la cultura visual de nuestros tiempos. Se ha adentrado en el horror, en lo grotesco, en los mitos, en el cine, en el performance, en la lucha de clases, en los problemas de género y en la moda. Todos esos registros y conceptos han recorrido su fotografía a manera de ingredientes y como fuente de inspiración.
             Ella enfundada en máscaras, en maquillaje y en trajes, examina a través de sus creaciones, ya sea desde la mujer de sociedad, la chica pin up, el payaso, una víctima de la moda o una bomba sexual la naturaleza de la representación y la construcción de la identidad y el género. También señala con sus fotografías lo artífice del propio medio.
            La exposición refleja todas sus etapas, desde sus trabajos de mitad de los años 70 hasta sus obras más recientes.
            Cabe resaltar que esta las la quinta vez que el MOMA dedica una retrospectiva a una artista mujer. Ya lo había hecho con Louise Bourgeois en 1982, con Lee Krasner en 1984, con Helen Frankenthaler en 1989 y con Elizabeth Murray en 2004.
            La exposición permanecerá abierta  hasta el 11 de junio de 2012.

Fotografías de Cindy Sherman






















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