lunes, 3 de enero de 2000

Fernando Trueba / Un guión de Raymond Chandler


Raymond Chandler


Un guión de Raymond Chandler


Las tormentosas relaciones de Raymond Chandler con Hollywood ocupan un capítulo de La vida de Raymond Chandler, de Frank MacShane y, de forma más detallada, han sido analizadas por Stephen Pendo en su libro Raymond Chandler: his novels into film, un estudio comparativo de las adaptaciones realizadas a partir de novelas suyas, en las cuales nunca le ofrecieron participar, lo que dio origen a una de sus más grandes frustraciones.El primer trabajo de Chandler para el cine fue la adaptación de la novela de James M. Cain Double indemnity,que realizó en colaboración con Billy Wilder y que éste dirigiría. Chandler no congenió nunca con Wilder, pero, a pesar de sus diferencias personales, la película es una clara muestra del mejor cine negro americano. La colaboración de Chandler con los grandes estudios duró siete años, durante los cuales trabajó en seis guiones. El último de ellos fue la adaptación de la primera novela de una joven escritora de Texas: Patricia Highsmith. La redacción del guión de Extraños en un trenfue también problemática y Hitchcock no quedó contento del trabajo de Chandler, cuya finalización encargó a Czenzi Ormonde, colaboradora habitual de Ben Hetch. Tampoco Patricia Highsmith aprobó la adaptación, a la que acusaba de simplificar en exceso la novela y de modificar innecesariamente el final. Pese a todo, Extraños en un trenpuede ser calificada, sin ningún tipo de duda, como una obra maestra.

La dalia azul (The blue dhalia)

Raymond Chandler. Prólogo de John Houseman y epílogo de Matthew J. Bruccoli. editorial Bruguera, colección Serie Negra. Barcelona, 1978.
En 1947 la Universal pagó a Chandler 100.000 dólares por un guión tituladoPlayback que nunca llegaría a filmarse. Diez años más tarde, éste lo convirtió en novela. Con La dalia azulsucede exacta mente lo contrario. Chandler se encontraba atascado en esta novela cuando le comentó a su amigo John Houseman, que trabajaba como productor ejecutivo para la Paramount, que había pensado en convertirla en guión y venderla. -Houseman le contó que los directivos de su estudio buscaban una historia para Alan Ladd, ya que éste, en tres meses, debía incorporarse al ejército, y la Paramount perdería a su mayor estrella. Debido en gran parte a su amistad con Houseman, Chandler aceptó. El guión fue escrito en menos de cinco semanas y el rodaje ya había comenzado cuando Chandler se hallaba en la mitad de su guión. La dalia azul fue dirigida en 1946 por George Shermany protagonizada por Alan Ladd y Veronica Lake, actriz a la que Chandler detestaba y acusaba de «incompetente» y de tener «aire de perturbada».
El interés de este guión radica, sobre todo, en que en él encontramos a Chandler en bruto, sin acabar. La intriga de La dalia azul es menos compleja y atractiva que la de las novelas de Philip Marlowe, una mujer es asesinada y todos los personajes se convierten en sospechosos: su marido y los amigos de éste, su amante, el detective del hotel donde vive, etcétera. La en principio atractiva hipótesis de Chandler, en la que el asesinato era cometido por un héroe de guerra trastornado que olvidaba su acto, se vino abajo al ser prohibida por el Departamento de Marina, para el que un herido de guerra nunca podía ser un asesino. Debido a ello, el final definitivo resulta bastante decepcionante. Lo mejor del guión, y donde más se aprecia el arte de Chandler, es en la construcción de los dos personajes centrales: Johnny Morrison y Joyce Harwood. Estos dos personajes se encuentran de una forma injustificada a nivel argumental, lo que contrasta con la lógica de la intriga central. Son dos personajes marcados por la fatalidad que al dirigirse la palabra por primera vez se diría que se conocen hace años. La relación de estos dos personajes es un claro ejemplo de la poética de Chandler. Diálogos inteligentes, tristes, líricos, llenos de humor. Personajes escépticos, valientes, que huyen... Al leer las dos largas escenas de Joyce y Johnny, uno no se imagina nunca a Alan Ladd y Verónica Lake encarnándolas. Tras las cortantes réplicas de estos diálogos se adivina a la única gran pareja chandleriana del cine: Humphrey Bogart y Laureen Bacall.
Un libro interesante no sólo por el guión de Chandler que incluye, sino también por el magnífico prólogo de John Houseman -La quincena perdida-, donde se relatan las patticulares circunstancias en que fue escrita La dalia azul. Esperamos que iniciativas como estas tengan continuidad. La Southern Illinois University Press, editora americana de este libro, ha publicado también el guión de San Francisco, original de Anita Loos, así. como la adaptación que F. Scott Fitzgerald realizó deThree Comrades, de Erich Maria Reinarque y que dirigió Michael Curtiz, cuya publicación en nuestro país sería más que deseable.


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