domingo, 13 de marzo de 2016

Françoise Hardy / La más bella del baile

F Hardy vestido Paco Rabanne Foto Jean-Marie Périer Cortesia Galerie Photo12

Françoise Hardy con un vestido de Paco Rabanne. Foto: Jean-Marie Périer. (Cortesía, Galeria Photo 12)


Carles Gámez
Françoise Hardy, la más bella del baile

En 1962  la cámara  de Jean-Marie Périer  captaba por primera vez  el rostro de Françoise Hardy para la revista Salut les Copains, la publicación juvenil de la llamada música ye-yé que ha invadido el paisaje social. Casi cincuenta años después un libro, Françoise (Editions du Chêne) y una exposición a la Galerie Photo 12 de Paris que se podrá ver hasta el 3 de diciembre,  reúnen esta historia de confidencias y complicidades delante- y detrás-  de la cámara entre el fotógrafo y la cantante.


FHardy sesión estudio Foto Jean-Marie Périer 1965
Françoise Hardy sesión estudio, 1965. Foto Jean-Marie Périer.
A lo largo de medio siglo  los ojos y el objetivo de Jean-Marie Périer han escudriñado cada uno de los ángulos de su rostro  y su cuerpo   proyectando sobre las revistas, portadas de discos o videoclips la imagen de  esta artista que ha  seducido a personajes tan diversos como Bob Dylan, Mick Jagger, David Bowie, Patrick Modiano, Michel Houllebecq,  Luis Eduardo Aute o Carlos Berlanga, por no hacer la lista muy extensa. Anotemos también en la agenda  a Carla Bruni  que para su debut musical modelará hasta el último detalle  el look y el estilo  musical que había patentado cuarenta años atrás la cantante.

Françoise Hardy 1966 Foto Jean Marie Périer Cortesia Galeria Photo 12
Françoise Hardy, 1966. Foto Jean Marie Périer

 Françoise Hardy llegará al mundo de la canción con su imagen de  adolescente que acaba de leer  Bonjour Tristesse de Françoise Sagan  y escucha a Jacques Brel y los Everly Brothers. Una voz frágil que expresa  los sentimientos de las chicas de su edad. La canción Tous les garçons  et les filles la  convierte en el nuevo ídolo juvenil para toda una generación de jóvenes que  necesitan su afirmación social  entre el pick-up, la radio portátil y la soledad de su habitación. Francia vive sus años despreocupados bajo el mandato del General De Gaulle y las películas de Brigitte Bardot que proporcionan tantas divisas como la Renault.

FHardy primeras sesiones Foto Jean Marie Périer Cortesia Galerie Photo 12
Françoise Hardy, 1962. Foto Jean Marie Périer

Hardy se convierte en la princesa del pop  y objeto de  deseo de la nueva ola musical  donde Johnny Hallyday ejerce de monarca absoluto  y un ex Rive Gauche, Serge Gainsbourg realiza sus primeras incursiones en el universo ye-ye con  humor e insolencia. Jean-Marie Périer será testigo principal de estos años de canciones rellenas de onomatopeyas  y  colores escubidú con  sus fotografías para  Salut les Copains. Périer será el pigmalion  que transforme a Françoise Hardy en uno de los personajes más fascinantes de la década musical. Una relación creativa entre la cantante y el fotógrafo que encontrará su lado íntimo  en una historia de amor. Périer fantasea con su imagen  transformándola en un ser sofisticado  vestida  con los trajes futuristas de Paco Rabanne o André Courrèges o misteriosa y distante   para la portada de un disco. Una imagen que se aleja bastante de la verdadera personalidad de la cantante  cuya única felicidad es escribir canciones en los cuartos de baño de los hoteles aprovechando su acústica. Será precisamente Jean-Marie Périer el que le presente al cantante Jacques Dutronc, el dandy insolente de la canción pop francesa. Un encuentro que dará lugar a una  historia de amor y también de heridas y desencuentros reflejada en bellas  canciones  a dúo, Brouillard  dans la Rue Corvisart,  y dedicatorias conmovedoras, Partir quand même. De su unión nacerá   su hijo Thomas, en palabras de Dutronc “el mejor dúo realizado entre ellos dos”. Thomas Dutronc seguirá en el futuro los caminos musicales de sus progenitores.

Françoise Hardy 1967 Foto Jean Marie Périer Corrtesia Galerie Photo 12
Françoise Hardy, 1967. Foto: Jean Marie Périer

En 1968 Françoise Hardy abandonaba los escenarios, a partir de ahora sus únicas apariciones  tendrán lugar de vez en cuando en los platós de televisión mientras va tejiendo su imagen de cantante ermitaña y alejada de los focos.  La astrología se abre como un nuevo campo de experimentación para ella. Su evolución musical se aleja definitivamente  de aquella intérprete para adolescentes, eligiendo músicas y textos más creativos y complejos. Autores como Serge  Gainsbourg, que no conseguirá que la cantante le pida, a diferencia de otros artistas, un álbum original de canciones, Michel Berger que le ofrece la bellísima Message personnel   o en estos últimos años, Benjamin Biolay, colaboraciones con Blur, Air, Étienne Daho, etc. Hace un par de años debutaba como escritora con un titulo algo misterioso, Le désespoir des singes et autres bagatelles en  referencia a un parque cercano a su casa y objeto de sus meditaciones. En el libro la cantante  ofrecía por primera vez detalles bastante duros  de una infancia llena de claroscuros con la figura fantasmagórica de una padre del cual no oculta su homosexualidad, una hermana esquizofrénica  o la muerte por eutanasia de su madre. Quizás la canción que más se había resistido a cantar hasta entonces.

F Hardy 1962 Foto Jean-Marie Périer Cortesía Galerie Photo 12
Françoise Hardy, 1962. Foto: Jean Marie Périer

Las páginas del Vogue  la titularon como la French Girl, el símbolo de la modernidad made in France. Un rostro algo andrógino y perfil de cover-girl que Jean-Marie Périer trató  sin éxito en hermanar a Mick Jagger para una nueva versión cinematográfica y rock   de Les Parents Terribles, la obra teatral de Jean Cocteau. Cuando finalizo su relación sentimental  entre ellos, Hardy le promete a Périer  que su rostro no será fotografiado por ningún otro objetivo. Périer ha continuadomdesvelando año  tras año, década tras década, los misterios de este rostro que sigue enamorando a nuevas generaciones.


Françoise par Jean-Marie Périer. Editions du Chêne. 2011.




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