lunes, 13 de abril de 2015

Mónica Alonso / Arte, feminismo y maternidad

CAPTURA VIDEO
Dibujo de Louise Bourgeois intervenido por Tracey Emin.

Mónica Alonso
Arte, feminismo y maternidad
Mónica Alonso, artista, Doctora en Bellas Artes

A veces las respuestas más sorprendentes vienen de la preguntas más inconvenientes. Soy artista, madre y persona curiosa. Procuro no quedarme con la primera impresión y si algo me sorprende intentar ir más allá.
Hace tiempo leí en los medios digitales una declaración de Marina Abramovic, a la que tampoco di mucha importancia y pasó por mi mente sin mayor poso. Pese a todo guardé la noticia como muchas otras esperando que quizás llegara su momento.
Dice Marina Abramovic:
Las mujeres no están tan preparadas para sacrificarse por el arte como los hombres. Las mujeres quieren tener familia e hijos y además dedicarse al arte. Pero, siento decirlo, eso no es posible. Tenemos un cuerpo y para ser artista hay que consagrarlo a ello por completo. El arte exige el sacrificio de todo, incluida la vida normal.
Marina Abramovic es así de clara al hablar del tema de la maternidad y la creación. Volví a leer unas declaraciones similares con motivo de su exposición Holding Emptiness en el CAC Málaga en 2014, y alguna reacción crítica al respecto.
Meses después la artista Tracey Emin hace unas declaraciones en esta línea que recorren los medios en boca de una artista considerada irreverente.
Conozco grandes artistas con hijos. Son hombres.
Sinceramente, creo que en cualquier carrera creativa la maternidad es imposible.No digo que no haya buenas artistas o escritoras que sean madres. Lo que digo es que es muy difícil concentrarse en este tipo de trabajo si tienes que estar pendiente de los niños. Es algo que cambiará con los años, cuando el papel del hombre en la sociedad cambie. Pero falta mucho. Yo no habría sido capaz de ser madre y artistaHabría sido una mala madre.
Emin fue más allá: ¿Hay alguna mujer artista equiparable a Picasso o Van Gogh?.Alguien le contesta: ¿Louise BourgeoisBarbara Hepworth?. Y Emin contrataca: Uf, no sé si habría querido ser hija de ninguna de las dos.

Lo que en un principio me parecieron, y no solo a mí, unas declaraciones inapropiadas, quizás con intención provocadora, se conectaron en mi cabeza con las de Abramovic.
Abramovic habla en un video de la presentación de su exposición The kitchen, homenaje a Santa Teresa, Galería La Fábrica Madrid, 2009, haciendo alusión a su infancia y declara:
Tengo la teoría de que si tuviste una infancia maravillosa, no creo que llegues a ser una buena artista.
Yo nací después de la II Guerra Mundial y a lo largo de meses estuve en una incubadora. Mis padres se dedicaron a la política y ni se les hubiera ocurrido tener un hijo.
Recordaba haber leído que Abramovic estaba considerada, según la revista estadounidense Time, una de las 100 personas más influyentes del mundo. Como mínimo quería preguntarme porque una artista considerada feminista manifestaba claramente estas ideas. Recordando también que su trayectoria artística parte de  principios de los 70 cuando el cuerpo de las artistas se convierte en el sujeto y medio propio del arte feminista.
¿Cómo abordar a Tracey Emin? En una primera asociación vinieron a mi cabeza tres ideas: Egocentrismo; Mala madre; Trauma.
Podemos abordar las palabras de Abramovic quizás desde el egocentrismo. La manifiesta necesidad del egocentrismo para la creación, y la maternidad como abandono del egocentrismo.
Abramovic RhytmRitmo 0, 1974. Marina Abramovic al final de la performance
Marina Abramovic es el perfil de artista que fusiona energía vital y obra, el arte es como el aire que respira. Una necesidad básica que debe satisfacer para estar viva. Para ella ser una buena artista implica aceptar la fiebre espiritual y corporal que pide la creación. Incompatible con una vida normal.
emin rapeTracey Emin, Ripped up, 1995
En el caso Emin entra la mala madre y el trauma adolescente. En su obra de los 90 el sexo y el aborto fueron temas centrales y fuentes de inspiración. La relación con los embarazos y los niños, o mejor dicho, la ausencia de ellos, se convierte en la década del 2000 en tema dominante. Dibujos de mujeres abortando con títulos como: Aborto: cómo se siente. Aborto: cómo se siente. Sangrando por los ovarios. Aborto: cómo se siente. Violada. Aborto: cómo se siente. Diciendo adiós a mamá 1992.
Tracey Emin abortó dos veces en su vida, este hecho la marcó de una manera muy dramática y habló de ello abiertamente en varias de sus obras. El último aborto fue en 1992 (aparece la fecha en uno de los dibujos Aborto: cómo se siente. Diciendo adiós a mama 1992) pero los dibujos los hizo en 1995. En 1996 realiza más obras sobre el tema. Exorcism of the last painting I ever made es el título de la performance que realiza en una galería de Estocolmo, en la que pinta desnuda en una especie de estudio, en aquel momento después de uno de sus últimos abortos llevaba tiempo sin pintar, así que de nuevo utiliza el arte a modo de terapia, como una forma de exorcizar todas sus “miserias”, de enfrentarse a sus miedos, a sus bloqueos emocionales y superarlos delante de un público que podía observarla a través de una mirilla.

Emin, exorcismExorcism of the last painting I ever made 1996. Tracey Emin en la performance.
En How It feels habla abierta y específicamente sobre sus dos abortos, como te sientes después y antes y lo que ocurre.
Ninguna mujer quiere abortar, sólo abortas porque tienes que hacerlo y todo el mundo olvida esto. Sólo tienes seis semanas para pensar en ello y después tienes el resto de tu vida para pensar si tomaste la decisión correcta o equivocada pero es demasiado tarde, ya lo has hecho.
Yo estoy contenta de haber abortado y de no haber tenido niños, tomé la decisión correcta para mí, pero para algunas mujeres podría ser la decisión equivocada. Nunca he tenido hijos, trato de imaginar cómo hubiera sido haber tenido esos niños pero de haberlo hecho no estaría sentada aquí hablando contigo, no hubiera llevado mi vida cómo lo he hecho, hubiera sido muy diferente. Señaló Emin.
El tema de la maternidad vuelve en una película de 2001, Tracey tiene 38 años.Conversation whit My Mum. Emin y su madre sentadas juntas en una mesa, hablan de la posibilidad de que Tracey tenga hijos. La madre dice que su hija jamás podría combinar el tener hijos con el arte. Tracey parece ofenderse aunque se da cuenta de que puede ser verdad y dice que de todos modos ella no quiere tener hijos. La renuncia se prolonga durante 33 minutos con miradas inquisitorias a su madre para que le dé una explicación. La obra se completa con dos sillas de niño, implicando al espectador en un dialogo de manera directa y física.
Volvemos al egocentrismo, idea romántica del artista atribulado que sufre por su arte hasta llegar a la exclusión de todo lo demás. Como también manifestaba Abramovic. Su arte es su vida y si tuviera hijos tendría que abandonar el arte, y por tanto, abandonar su vida.
Soy una alcohólica, neurótica, psicótica, una quejica obsesionada conmigo misma,afirma Tracey Emin.
En 1971 la historiadora americana Linda Nochlin hizo la gran pregunta incómoda: ¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?. Vimos como en 2014 Tracey Emin en un arrebato justificador volvió a lanzar una versión de la incómoda pregunta. ¿Hay alguna mujer artista equiparable a Picasso o Van Gogh? Sí!, Louise Bourgeois. Emin sigue justificándose: Uf, no sé si habría querido ser hija de ella.
Y ahí surge una vía. Louise Bourgeois tuvo 3 hijos, desconozco la historia de sus vidas, pero si podemos buscar la presencia de estos hijos en su vida y en su obra. Además, tenemos la enorme suerte de que Louise Bourgeois centró gran parte de su obra en la representación de la maternidad, de la figura de la madre, la sexualidad, el psicoanálisis, el trauma, la memoria, las relaciones familiares, el lugar del padre, la ansiedad y el desafío de combinar los roles de hija, madre y esposa.
Tenemos además la confluencia en una mujer feminista que formó parte de los movimientos feministas a lo largo de la década de los 70 en Nueva York, siendo reconocida como un referente de la lucha. Bourgeois nació en 1911 y en 1970 tenía 59 años y 3 hijos alrededor de los 30 años. Abramovic nació en 1946, en 1970 tenía 24 años y empezaba su carrera como artista visual utilizando su cuerpo como el primer medio para generar la obra en relación con el público.
Vida y obra de Louise Bourgeois son muy conocidas. El trauma infantil por el que considera una traición de su padre, ante la enfermedad de su madre, al traer a la casa familiar a sus amantes. The Destruction of the Father es una obra de 1974.Destruction of the Father. Reconstruction of the Father. Writings and interviews 1923-1997, es un excelente libro que recoge el proceso.
En 1938 conoce al que será su marido Robert Goldwater, un historiador americano. Se marcha a New York. Louise no se queda embarazada y en 1939, con 28 años, vuelve a Francia para adoptar un niño, Michel. Sin embargo se queda embarazada y tiene dos hijos más cuando ella tenía 29 y 30 años. A sus hijos les puso de apellido Bourgeois y no Goldwater como su marido. Tomó un papel masculino dentro de un cuerpo femenino. En varias de sus obras expresa abiertamente la necesidad de defender la igualdad de sexos a través de sus figuras de carácter andrógino.
Bourgeois consagra parte de su vida a sus hijos, pero, al mismo tiempo, el impulso creativo sigue ahí. Siento mi casa como una trampa, llegó a decir cuando hizo sus dibujos de mujeres con cabezas de casa. Estos dibujos fueron hechos en 1945 cuando la artista tenía 34 años y sus hijos 4, 5 y 6 años. Podemos decir que Louise Bourgeois es una buena madre, y según Marina Abramovic una buena artista al no haber tenido una infancia maravillosa.

bourgeois, arañaTracey Emin bajo la araña de Bourgeois
Louise Bourgeois cuida y protege a sus hijos. Para ella la araña simboliza la madre, y ella construye enormes arañas que tejen el nido donde sus hijos se crían y están libres de peligros. Son una guarida maternal, un útero donde el feto está hipotéticamente protegido de cualquier mal exterior. Louise como hija repara su infancia construyendo sólidamente el nido de sus hijos. Louise habla de la maternidad pero no abiertamente sobre su íntima maternidad y sus hijos.
La inocente pregunta: ¿Te arrepientes de haber tenido hijos? vemos que es una pregunta no válida. El título de mala madre está en juego y el bienestar de una persona que tu pariste. Emin no se arrepiente de no haber tenido hijos, todo lo contrario: hubiera sido una mala madre.
El vínculo que la naturaleza establece entre el bebé y la madre, la importancia de una relación segura entre bebé y cuidador es fundamental en el desarrollo neuronal y afectivo del bebé, y por tanto en la procura del no trauma. Louise y Tracey reconocen el trauma y trabajan en su obra con él. Louise murió con cerca de 100 años, pionera feminista y de la expresión autobiográfica, y recibió la fama en las tres últimas décadas de su vida. Tracey encontró la fama temprana, cuando aún estaba en la treintena. Para ambas su trabajo es una disección autobiográfica, reparar heridas, restaurar lo roto, batallar con sus temores, ambas utilizan la aguja que cose y repara. Esta confluencia tiene en la exposición Tracey Emin on Louise Bourgeois Women Without Secrets-Secret Knowledge su culminación en una serie de obras intervenidas. Las dos mujeres trabajaron juntas en los últimos años de vida de Bourgeois. La relación de ambas mujeres, sus temas, sus vidas se presentan en unas obras conmovedoras.
Louise no es egocentrista, la buena madre deja de ser el centro. Es buena madre (lo dice ella misma: Soy una buena madre. Soy generosa y afectuosa: doy, proporciono), buena artista y tiene trauma. Emin es egocentrista, tiene trauma, buena artista y mala madre. Marina es egocentrica, buena artista y no es madre. Cada una de ellas nos ha mostrado un ejemplo de maternidad. Louise ha sido la única que ha tenido y criado hijos, la que ha asumido la responsabilidad y el reto de la maternidad.
En la maternidad el feminismo es imprescindible, maternidades feministas, y una de las cuestiones que quizás le toque ahondar al feminismo es el caso de la mala madre.

 BIBLIOGRAFIA:
- Louise Bourgeois. Destruction of the father. Reconstruction of the father. 1998, Londres, Violette Editions.
- Tracey Emin 20 años. 2009, CAC Málaga.
- Louise Bourgeois. Tejiendo el tiempo. 2004, CAC Málaga.



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