martes, 21 de abril de 2015

Al Pacino / La sombra del actor


Al Pacino
La sombra del actor
"'El Padrino', Shakespeare y el whisky 
han marcado mi vida"

El actor protagoniza 'La sombra del actor' | "La tendencia es culpar a la pérdida de interés cuando el problema es la fatiga de envejecer" | "Ante todo, mi maestra de 8º, los profesores son la esperanza para todos, la última frontera"

 20/04/2015 - 00:38h | Última actualización: 20/04/2015 - 14:57h


La sombra de Al Pacino es alargada y nos cubre con su leyenda. Proteico Pacino, que habló en el festival de Venecia de abandonos y rendiciones a propósito de La sombra del actor, de Barry Levinson, en el que encarna un hombre al borde de la capitulación. Tragicómica historia sobre un famoso actor cansado, que se basa en La humillación de Phillip Roth.



Pacino no maquilla sus 75 años. Si acaso reserva la coquetería para su abundante y desastrado cabello, que tiñe con esmero. La conversación pública, que arranca en Venecia, continúa luego en la intimidad del correo electrónico, y no es difícil imaginar a Pacino, como hace Simon Axler, su personaje en La sombra del actor, deambulando solo por su gran mansión. Amorrado a la pantalla del ordenador, mientras escribe con pasión, igual que en una época lejana de su vida estuvo amorrado a la botella de whisky...





Axler tiene miedo del escenario, ¿le podría pasar a usted?

Es fácil perder la pasión. Especialmente cuando pierdes la concentración y la resistencia y el trabajo se convierte en una carga. Eso me ocurre a mí, al menos. Cuando descubres que tus capacidades disminuyen, la tendencia es culpar a la pérdida de interés y olvidar que el problema está en la fatiga de hacerse mayor…

Axler es un actor sumido en una depresión con tendencias suicidas. ¿Lo juzga a la hora de interpretarlo?

No; no lo juzgo. Ni me cae bien ni me deja de caer bien. Es un personaje.

¿Hace juicios de valor sobre sus personajes? ¿La agonía de Axler, su sufrimiento, no le despierta compasión?

No; lo único que busco es entenderlo. Hay personajes que me caen mejor que otros, es cierto. Hay personajes que me dan pena. Mucha pena. Pero, como actor, busco expresar lo que son y descubrir sus necesidades. Des­cubrir su lado humano, por así decirlo.

¿Qué papel ha tenido la suerte en su carrera?

En esta vida todo es cuestión de suerte, ya sea buena o mala. Vamos dando vueltas y chocamos con las cosas. Es la vida: que digas que eso te ha pasado por buena o mala suerte es cuestión tuya, porque la buena suerte de uno puede ser la mala de otro.

¿Se puede decir algo más de la influencia que ha tenido en su carrera El padrino, que lo hizo famoso; de Shakespeare o del alcohol?

Bueno lo único que supongo que podría añadir es que las tres cosas han tenido–y tienen– un gran papel en mi vida. Las tres han marcado mi existencia y han sido determinantes, cada una a su manera. Puedo decir sin equivocarme que las tres –Michael Corleone, de El padrino, Shakespeare y el whisky– han tenido parte de responsabilidad en lo que ahora soy, y si le soy sincero, he sido feliz con las tres.

¿Qué busca en una película (a parte del sueldo)?

Siempre se puede trabajar por la paga, y resulta obvio que lo haces por dinero. No se puede ocultar. Cuando eliges una película porque te interesa de verdad, eso se nota. Creo que se nota. Yo trabajo por dinero, es cierto. Pero prefiero decantarme por los papeles que me gustan (por esos por los que no sueles cobrar tanto).

¿Al Pacino tiene maestros?

Por supuesto, y los tengo en gran estima. He tenido maestros a lo largo de mi vida que han sido mis mentores y me han ayudado. Pero todo mi cariño va a mi profesora de 8.º grado, una influencia tremenda para mí. Cuando era apenas un adolescente, ella habló con mi abuela, con la que vivía entonces, y le dijo que debía incentivar que su nieto actuara –lo hacía en el colegio– porque veía en mí cualidades. Es importante que alguien crea en ti, especialmente cuando eres un chaval de la calle como era yo. Esa profesora se tomó el tiempo de venir a casa y hablar con mi abuela, subió seis pisos sin ascensor y se tomó una taza de té con ella. Así que ¿cómo no puedo estar agradecido a esa maestra? Ha habido mucha gente necesaria en mi vida, como esa maestra. Desde ella hasta el gran Lee Strasberg, en el Actor’s Studio. Sin olvidar a mi querido amigo y mentor Charlie Laughton. No hay palabras para mostrar mi agradecimiento a todos ellos. Los profesores son la esperanza para todos, son la última frontera.

¿Dejaría de actuar como hace Simon Axler, su personaje?

No lo sé, sinceramente. Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que decía que nunca lo haría. Pero ahora no lo sé. Quizá llegue el momento que lo deje correr, por un tiempo al menos. Constantemente pienso en dejarlo estar. Esta misma mañana sin ir más lejos. Pero entonces pienso que he sido feliz con la vida que me ha tocado y que he hecho lo que quería, que no ha sido otra cosa que actuar. Y aunque me arrepiento de muchas cosas, como cualquiera, y me digo que estoy cansado, también me convenzo de que mi avión no ha aterrizado todavía... La metáfora es fea, pero le aseguro que sigo volando.









Con 74 años a sus espaldas, Al Pacino se encuentra de promoción de su nueva película La sombra del actor, que se estrenará este 24 de abril. La historia tiene un pequeño punto real de partida y se refiere a una carta manuscrita de John Lennon, que llegó a su destinatario (el cantante folk inglés Steve Tilston) treinta años más tarde.


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