sábado, 28 de febrero de 2015

Triunfo Arciniegas / El país de las bellas durmientes

Village of the Sirens
Paul Delvaux

Triunfo Arciniegas

EL PAÍS DE 

LAS BELLAS DURMIENTES 

  S

alí a recorrer el mundo porque mi novia quería un unicornio. Rosario de los Vientos del Norte Torrealba y Castillo, de buena familia y poca plata, leía libros raros y se le había metido la idea del unicornio entre oreja y oreja. Por culpa de uno de esos libros raros la conocí, en el Parque de las Gardenias, a la sombra de un matarratón, en Málaga. La curiosidad me llevó a preguntarle qué leía. Ya no recuerdo el título ni el autor. Todavía no era mi novia cuando empezó a contarme la trama, con tantos detalles que nos sorprendió la lluvia y la invité a un café en La Gata Parda. Mientras hablaba se hizo de noche. Pasó la lluvia después de seis tazas de café y tres visitas al baño, dos suyas y una mía. Rosario se quedó mirándome a los ojos y dijo: “Te conozco de alguna parte”. Quiso que la acompañara a su casa. Por el camino me acordé de la billetera y dejé a la mujer hablando sola en una esquina. Encontré la billetera en la mesa de la cafetería y volví corriendo. Supuse que no me había demorado porque Rosario seguía en la esquina hablando del mismo libro. Debí huir pero el hilo de las palabras me arrastró hasta su casa. Me presentó a la madre, una anciana medio sorda y bastante loca, comimos y vimos la telenovela de las nueve, y Rosario, que casi era mi novia, todavía hablaba del libro. Me pareció que estaba bien que leyera pero no tenía necesidad de memorizarse todas las páginas.

viernes, 27 de febrero de 2015

Hermann Nitsch / No habrá sangre en el museo


'Faltplan 1', obra de Hermann Nitsch.
'Faltplan 1', obra de Hermann Nitsch.

No habrá sangre en el museo

La Fundación Jumex cancela una exposición de Hermann Nitsch y argumenta que México está “muy sensible” a la violencia


Pablo de Llano
27 de febrero de 2015

Este viernes debería haber abierto en la Fundación Jumex de México DF la primera exposición en América Latina del artista Hermann Nitsch (Viena, 1938), cuyos happenings, o acciones teatrales, con sacrificio real de animales han sido el emblema de una carrera reputada y controvertida. Pero el 30 de enero el museo comunicó que la muestra quedaba “suspendida”. Días antes había empezado una campaña de defensores de los animales en contra. La Fundación ha afirmado que su decisión no ha tenido que ver con eso sino con que la sociedad mexicana “está muy sensible a cualquier expresión de violencia”.

El proyecto llevaba dos años desarrollándose y las obras ya habían llegado desde Austria al puerto de Veracruz cuando se anunció la cancelación. Son 40 pinturas negras de gran tamaño, mezcla de óleo y sangre, creadas en 1997, y otras piezas desde principios de los sesenta hasta 2013. También una particular farmacia de 60 metros cuadrados, provista de instrumentos de laboratorio, material quirúrgico, hierbas y ropas litúrgicas, que diseñó para esta exposición y cuya estructura de carpintería ya estaba terminada.

La repentina decisión ha frustrado una de las propuestas estrella de 2015 de una institución privada con dos décadas de recorrido pero que redobló en 2013 su presencia con la inauguración de una sede en México DF, obra del arquitecto inglés David Chipperfield. La Fundación pertenece al grupo Jumex –dedicado a la producción industrial de zumos– y su presidente es el heredero de la compañía, Eugenio López. La colección de López, 2.800 piezas, que nutre los fondos de la Fundación, es el mayor acopio particular de arte contemporáneo de América Latina.

Hermann Nitsch.ampliar foto
Hermann Nitsch. 

La cancelación ha sido interpretada en el mundo cultural como una falta de compromiso con la libertad de expresión. “[La Fundación] debió mostrar a Hermann Nitsch, y dejar que nuestras polémicas ocurrieran. Es un día muy triste para el arte en México”, escribió en Twitter al día siguiente del anuncio uno de los principales curadores mexicanos, Cuauhtémoc Medina.

Con todo, el museo no ha ahondado en sus razones. La alusión al problema de la “sensibilidad” social ante la violencia no explica por qué la decisión no se tomó hasta menos de un mes antes de la apertura, cuando la violencia extrema es una realidad presente desde hace años –y particularmente lacerante desde septiembre por la matanza de 43 estudiantes–. La Fundación está inmersa en un proceso de reestructuración de mandos y esto ha podido influir en la tajante determinación.

El artista se encuentra en México DF, donde ayer se presentó en otro centro cultural su composición musical Sinfonía Für Mexico City. Por correo refrenda que el motivo que le expuso la Fundación fue la “actual situación social y política”, pero añade que está “bastante seguro de que hay otras razones detrás de la decisión”, fuera de lo crudo de su trabajo y de las protestas de defensores de los animales.

En un comunicado público, Hermann Nitsch ha querido dejar claro que nunca ha torturado animales sino que los ha matado con matarifes y bajo supervisión veterinaria para “representar cuestiones relacionadas con lo extremo de la vida y la muerte”.

Nitsch, definido en una ocasión como un “Calígula austríaco” por la defensora de los animales Brigitte Bardot, afirma que él se definiría también como defensor de los animales –detalla que en el castillo donde vive en Austria convive con cabras, gansos, perros, gatos “y un montón de plantas”– y subraya que jamás una exposición suya había sido cancelada.

EL PAÍS


Triunfo Arciniegas / Las razones del lobo

Los ojos del lobo
Ilustración de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas

LAS RAZONES DEL LOBO



  N

o eran buenos buenos tiempos. Mi novia se fue a Nueva York, el gato se perdió y me pidieron el apartamento. Tres pérdidas en una sola semana. Me fui a vivir solo en el centro, en un hotel de mala muerte. Regalé unas cosas y boté otras. Llegué a La mitad del cielo con una sola maleta y una máquina de escribir algo desbaratada.
Me encerré tres días. Dormía y comía, comía y dormía, nada más. Salí a comprar libros. De pronto se me arreglaba el ánimo. La plata no era mucha pero, regateando, conseguí unas maravillas en San Victorino.  Entré a Los tres mirlos y pedí una taza de café en la mesa del fondo, donde nadie me molestaría, una precaución innecesaria: nadie me molestaría en esta ciudad espantosa.
Empecé a leer La casa de las bellas durmientes, de Yasunari Kawabata. Me habían hablado bellezas de esa novela y, no más en el primer capítulo, supe que tenían razón. Pedí otra taza de café.

jueves, 26 de febrero de 2015

Triunfo Arciniegas / Caperucita Roja


Monica Bellucci

Triunfo Arciniegas

CAPERUCITA ROJA 

E

se día encontré en el bosque la flor más linda de mi vida. Yo, que siempre he sido de buenos sentimientos y terrible admirador de la belleza, no me creí digno de ella y busqué a alguien para ofrecérsela. Fui por aquí, fui por allá, hasta que tropecé con la niña que le decían Caperucita Roja. La conocía pero nunca había tenido la ocasión de acercarme. La había visto pasar hacia la escuela con sus compañeros desde finales de abril. Tan locos, tan traviesos,  siempre en una nube de polvo, nunca se detuvieron a conversar conmigo, ni siquiera me hicieron un adiós con la mano. Qué niña más graciosa. Se dejaba caer las medias a los tobillos y una mariposa ataba su cola de caballo. Me quedaba oyendo su risa entre los árboles. Le escribí una carta y la encontré sin abrir días después, cubierta de polvo, en el mismo árbol y atravesada por el mismo alfiler. Una vez vi que le tiraba la cola a un perro para divertirse. En otra ocasión apedreaba los murciélagos del campanario. La última vez llevaba de la oreja un conejo gris que nadie volvió a ver.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Julie Maroh / El azul es un color cálido / Algunas páginas


Julie Maroh
EL AZUL ES UN COLOR CÁLIDO



















Julie Maroch / El azul es el color más cálido




Julie Maroch
EL AZUL ES EL COLOR MÁS CÁLIDO

No deja de ser esperanzador aunque anecdótico en estos vertiginosos y turbulentos tiempos que al Cómic actual –y a todos- le ha tocado vivir, que una obra que en su momento pasó bastante desapercibida en nuestro país tenga una segunda oportunidad de llegar al gran público gracias al efecto altavoz que su premiada adaptación cinematográfica ha tenido. Y un motivo a la reflexión que sea a toro pasado cuando divulgadores y críticos nos rindamos a las excelencias de “El azul es un color cálido” de Julie Maroh y editada por Dibbuks, que recibiera en 2011 el Premio del Público de Angoulême y cuya adaptación cinematográfica del 2013, “La vida de Adèle”, dirigida por Abdel Kechiche, recibiera la Palma de Oro del Festival de Cannes

“El azul es un color cálido” narra la larga, hermosa y triste historia de amor de Clementine y Emma, desde que se conocen de jóvenes hasta su fin, a través de los diarios de Clementine, descubriéndonos el despertar a la madurez y la aceptación de su sexualidad de la joven en un camino que no siempre resulta fácil.
Julie Maroh, cuyo estilo de dibujo y el suave trazo de sus figuras evocan el costumbrismo de Possy Simmonds, sorprende por la madurez y habilidad de su propuesta para su corta trayectoria, construyendo una exquisita y cautivadora “love story” que funciona gracias a la sensibilidad que derrocha la autora para aprovechar los recursos del cómics para desarrollar una narración atractiva y sólida basada en unos personajes cuyas reacciones resultan creíbles y conmovedoras.
Maroh aprovecha el socorrido recurso de la narración interpuesta mediante la lectura del diario de Clementine por parte de Emma para presentar mediante una larga y efectiva elipsis las experiencias de Clementine en su gris vida de adolescente reprimida en la que la única nota de color es el pelo teñido de su amada. En ese sentido, resulta muy atractivo cómo la autora otorga un papel protagonista al color como recurso narrativo y leitmotiv, especialmente al azul que da hilazón a la obra pero ahondando en un significado completamente distinto al que le diera Miller cuando puso de moda este recurso en su recomendable “Sin City", sirviendo esta vez de contraste esperanzador para "iluminar" el gris y marrón mundo adolescente de la atormentada Clementine.
Por otro lado, y al igual que hiciera Vivés en su celebrada “Amistad Estrecha”, Maroh no tiene ningún problema en mostrar el sexo explícito de las protagonistas presentada de un modo bello y elegante y sin caer en la zafiedad, como una consecuencia lógica más en el desarrollo de la obra en el que sin duda es el clímax de la historia.



“El azul es un color cálido” es una magnífica y sensible historia de amor que poco tiene que envidiar de la no menos recomendable pero mucho más (re)conocida “Píldoras Azules” de Frederik Peeters, con la que comparte idénticos objetivos y una amplia variedad de recursos aún cuando los estilos de ambos autores difieran. Un estupendo tebeo que he de reconocer me ha emocionado.



El azul es un color cálido / La vida de Adele



“El azul es un color cálido” y “La vida de Adele”: 

Cuando el arte genera arte.

maroh-azul-color-calido“La vida de Adele” ha sido sin duda una de las grandes sorpresas cinematográficas del pasado 2013. Se trata de uno de esos raros films donde el consenso entre una amplia mayoría de crítica y público llega a unas cotas máximas. Difícil ponerle “peros” a una película intensa y emocionante como pocas que, alcanzando las tres horas de duración, se hace corta.
Dirigida por el realizador franco-tunecino Abdellatif Kechiche, e interpretada por la ya consagrada Léa Seydoux y por ese gran descubrimiento que es Adèle Exarchopoulos, la película logró la palma de oro en el pasado Festival de Cannes, además de haber conseguido muchos otros premios y reconocimientos.
Ha sido tal el (merecido) éxito conseguido por este film, que quizá se ha perdido un poco de vista la obra en el que está basado. Y es una lástima porque el cómic que inspiró “La vida de Adele” es igualmente brillante. Por eso, aprovechando que hemos tenido la noticia de que se ha reeditado de nuevo, hemos querido hablar de él aquí.
Escrito y dibujado por Julie Maroh (Lens, 1985), el título del cómic, “El azul es un color cálido”, hace referencia al tinte de pelo que lleva el personaje de Emma, interpretado en la gran pantalla por Léa Seydoux, aunque éste sea, en realidad, uno de los pocos puntos en común entre la historia que encontramos en la obra gráfica y su adaptación al cine. Y es que una de las grandes sorpresas con la que nos hemos topado aquellos que nos hemos acercado al cómic después de haber visto la película es que el primero difiere considerablemente del film. Incluso podríamos decir que su final es radicalmente opuesto.
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Una de las viñetas de “El azul es un color cálido”
Con todo, la esencia del relato que se nos muestra en la película estaba ya en la obra gráfica de Maroh. “El azul es un color cálido” nos cuenta la historia de Clementine (Adele en su traslación cinematográfica), una adolescente proveniente de un entorno rural que se muda con su familia a la ciudad y se integra en un instituto donde no tiene problemas para adaptarse. Un día se cruza por la calle con una chica que lleva el pelo teñido de azul (de allí, como ya hemos apuntado, se deduce fácilmente el título del comic). Clementine queda prendada desde un principio de esta joven algo mayor que ella, cuya imagen tiene un halo de misterio. Su vida da un vuelco completo a partir de ese instante: su relación con su familia, amigos o compañeros de estudio, se trastorna al descubrir su sexualidad. La pasión se instala en su vida a través del fuerte vínculo que establece con Emma, la chica del pelo azul, auténtico leit motiv del comic. Pese a esa conexión, las dos jóvenes se encontrarán con múltiples dificultades que lastrarán la posibilidad de dar rienda suelta a sus sentimientos. Como ya hemos mencionado, la historia que se nos explica en la novela gráfica es bastante distinta a la del film, especialmente su final. No daremos aquí detalles de ello para evitar el spoiler, aunque la conclusión del cómic es conocida desde la primera página por el lector y se desarrolla todo a partir de una estructura de largo flashback. De todas formas, los puntos cardinales en que se sustenta la narración sí son parecidos.
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Otro de los dibujos de “El azul es un color cálido”
Julie Maroh cuenta su historia utilizando un trazo delicado y, al mismo tiempo, muy expresivo. En buena parte del comic no hay apenas apoyo textual y el color se aplica solo en algunos momentos, de manera que los tonos grisáceos dominan la mayor parte de la estética de la novela gráfica salvo por el azul del pelo de Emma o por algunos objetos puntuales. Sin duda, los contrastes que se generan de esta manera son uno de los grandes hallazgos del cómic que resulta, desde un primer instante, muy reconocible para el lector. Además, la autora utiliza el color, o la ausencia de éste, con una lograda intención poética.
“El azul es un color cálido” muestra de forma casi naturalista lo que acontece en la vida de la protagonista. Así, somos testigos de las vicisitudes del personaje de Clementine sin que sobresalga demasiado un aspecto de otro, aunque la clave de la historia esté en su relación con Emma. De la misma forma que ha ocurrido con “La vida de Adele”, se ha puesto mucho el acento en las explícitas imágenes sexuales del cómic, pero Maroh sortea la morbosidad fácil y consigue elevar esas viñetas a un plano emocional, algo que, casi milagrosamente, Kechiche también logra en su film donde no hay apenas diferencia (insistimos, en el plano emocional) entre ver a la protagonista comiendo con fruición unos spaghetti, discutiendo acaloradamente con unas compañeras de clase, bailando con unos amigos en una fiesta de cumpleaños, o practicando sexo pasionalmente con Emma.
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Fotograma de “La vida de Adele”, adaptación cinematográfica de “El azul es un color cálido”
Quizá la mayor distinción de fondo que existe entre el cómic y la película es que el primero subraya algo más el asunto del respeto a la diferencia como uno de los temas clave que pone en cuestión la historia, mientras que en el film se pasa por encima de ello de forma más superficial, probablemente porque las intenciones creativas de su director son otras. La película en cambio, desarrolla con mayor profundidad la dinámica de relación entre Adele y Emma, algo que, tratándose de una pareja homosexual, no estamos muy acostumbrados a ver reflejado ni en el cine ni en otras disciplinas artísticas.
En definitiva, “El azul es un color cálido” es un sensible canto al amor y la tolerancia de una gran belleza formal, y que, como simiente de esa fabulosa película que es también “La vida de Adele”, se nos muestra como un excelente ejemplo de cómo al gran arte es capaz, en ocasiones, de generar gran arte.
Ricard.
Os dejamos con un video-montaje donde vemos al completo “El azul es un color cálido”:

Y el tráiler de “La vida de Adele”:




El azul es el color más cálido / Represalia contra la poesía

El azul es el color más cálido

Represalia contra la poesía


Azul é a Cor Mais Quente / Represália contra a poesia



Irán paraliza la difusión de la obra de Sepideh Jodeyri por haber traducido al persa el cómic 'El azul es un color cálido', una historia de amor entre lesbianas



    Viñetas de la versión persa de 'El azul es un color cálido', de Julie Maroh.

    Sepideh Jodeyri (Ahwaz, Irán, 1976) es poeta, traductora y represaliada. Tras la revolución verde iraní de 2009 en la que se implicó activamente —aquel movimiento ciudadano contra las anómalas elecciones presidenciales que dieron la victoria a Mahmud Ahmadineyad— dejó su país en uno de esos éxodos forzados por el temor a que la disidencia se cotizase cara. Ahora se va su poesía. O mejor dicho, la destierran. Y no porque rime mal sino porque Jodeyri tradujo al persa el cómic El azul es un un color cálido (Dibbuks), una historia de amor juvenil entre lesbianas que se ha publicado en una docena de idiomas y que se adaptó al cine en La vida de Adèle, palma de Oro en el Festival de Cannes en 2013.

    El pasado 28 de enero, el editor de Jodeyri en Teherán la telefoneó para anunciarle que el acto previsto al día siguiente para promocionar su último poemario, And Etc., había sido cancelado. Cuando ella inquirió la razón, el editor la invitó a navegar por las webs de medios conservadores. “Y me encontré artículos radicales escritos contra mí. Eran especialmente críticos por el hecho de que una instalación oficial (un museo) acogiese invitados para analizar los poemas de una autora que tenía un historial de apoyo al movimiento LGBTQ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales y Queer)”, explica Sepideh Jodeyri por correo electrónico desde Praga, donde reside junto a su familia.


    Aquellos medios recriminaban al nuevo ministro de Cultura haber permitido la publicación de la obra y exigían la suspensión de la presentación. Según Jodeyri, “los servicios de inteligencia intervinieron de inmediato y cancelaron el acto; el director del museo fue despedido y el Ministerio de Cultura ha cuestionado a mi editor y le ha reclamado la licencia de mi libro”. A partir de ahora And Etc.no podrá distribuirse, tampoco nadie se atreverá a publicar otros títulos suyos. “Incluso los medios reformistas de Irán han retirado las entrevistas que había concedido sobre mi nuevo libro de poemas, y lo mismo ha ocurrido con las críticas literarias sobre mi trabajo. Parece que tanto mi pluma como mi nombre han sido prohibidos en mi tierra”, lamenta.
    Irónicamente el arrinconamiento público de Jodeyri castiga la traducción de un cómic que ni siquiera circula por Irán. La versión en farsi de El azul es un color cálido se publicó en París. “Pero ahora sé qué vengativos son los fundamentalistas iraníes. Han esperado hasta que mi editor en Irán quiso promover mi último libro de poemas, y entonces ¡atacaron!”.
    La ofensiva contra la traductora alarmó a Julie Maroh (Lens, 1985), la autora del cómic, que aireó el hecho en su web. “Dada la situación y lo lejos que ha ido, no hay duda de que ella habría estado en prisión si estuviese en Irán ahora”, cuenta por correo. “Es un hecho terrible que hace que la gente viva con miedo, y nadie debería aceptar vivir así”.



    martes, 24 de febrero de 2015

    Claribel Alegría / “La poesía me salvó”


    Claribel Alegría

    Claribel Alegría

    “La poesía me salvó”

    Tras la publicación reciente de una antología de su obra en inglés, ahora trabaja en nuevos poemas y en la traducción de Lao Tsé


    CARLOS SALINAS MALDONADO
    24 FEB 2015 - 08:33 COT



    Claribel Alegría en su casa de Managua
    Claribel Alegría en su casa de Managua CARLOS HERRERA

    Claribel Alegría (Estelí, Nicaragua; 1924) celebra a sus 91 años una producción literaria que le ha hecho merecedora de reconocimientos como el Premio Neustadt. Recientemente publicó en inglés una antología de su obra y ahora trabaja en nuevos poemas y en la traducción al español de Lao Tsé, junto a su hijo. En esta entrevista se muestra agradecida con la vida y con la poesía que, dice, la salvó tras la muerte de su esposo, el escritor y diplomático estadounidense Darwin J. Flakoll, hace 20 años.
    Pregunta. Ernesto Cardenal dijo durante la celebración de su cumpleaños que “es muy desagradable tener esta edad”, llegar a los 90 años...
    Respuesta. ¡La carga es difícil! Yo sigo amando la vida. No le temo a la muerte en absoluto. O vamos a ser sólo cenizas que van a ayudarle a las plantas a crecer, o nuestra energía se convertirá en átomos de luz, o va a ser un viaje inesperado, que me guste. Me gusta pensar en eso. Aunque, mira, los achaques de la vejez te molestan. ¡Pero ahora estoy aquí alegre y encantada de la vida! ¡Me fascinan mis plantas, me fascina la gente inteligente, me fascina leer.
    P. ¿Qué lee ahora?
    R. Una novela maravillosa de Thomas Hardy, Jude the Obscure. Siempre estoy leyendo y releyendo, porque me parece fantástico eso de releer. Yo era una gran viajera, aunque ahora ya no puedo viajar, conocí los cinco continentes y cuando iba a una ciudad por tercera o cuarta vez me fascinaba más que cuando la descubrí. Así me está pasando con los libros. A Thomas Hardy lo conocí cuando era estudiante de la universidad, en Estados Unidos. ¡Los años que han pasado! Y ahora me dio la curiosidad de volver a él y me está gustando muchísimo.
    P. ¿Qué le inspira?
    R. Cualquier cosa. Es como un misterio. Algunos lo llaman La Musa, pero a veces yo me siento en este jardín sola, a escuchar música, a ver a mis plantas y de repente ¡tas! veo una libélula que está colgada de una hoja y eso me inspira. Y también me pasan cosas raras. El doctor me dijo que tenía que caminar en mi casa por lo menos 15 minutos en la mañana y otros 15 en la tarde para no quedar tullida. Lo hacía cuando se me vino un poema, que se llamó Testamento, en el que digo que dejo a mis hijos una escalera con peldaños rotos, podridos, que algunos están intactos, y que la reparen, que la eleven, que suban por ella. Media hora más tarde me siento en mi computadora y veo un mensaje de mi nieto mayor, que es pintor y vive en Estados Unidos, y me dice: “Lala, porque así me llaman mis nietos, estoy pintando una cosa que no sé por qué se me vino, es una escalera con peldaños rotos, podridos, algunos buenos, y pensé en ti”. ¡Decime si eso no es para erizar el cuerpo! Salió hace como un año en Estados Unidos una antología mía muy completa, como de 400 páginas, y le pedí que para la tapa se usara esa pintura.
    P. ¿Trabaja ahora en algún nuevo proyecto poético?
    R. ¡Estoy como poseída! Yo siempre escribo poemas cortos. Los poetas somos meros instrumentos de este oficio, y como todos los oficios es una maravilla y hay que hacer lo mejor que uno puede. Siempre he tenido la dicha de haber podido seguir mi oficio, porque creo que eso da felicidad.
    P. ¿Qué se podría hacer para alentar a esos jóvenes, para que la poesía nicaragüense siga siendo una producción de vanguardia en América Latina?
    R. Aconsejarles que lean, que escriban y que no se apresuren a publicar, porque eso es muy malo. Si tenés éxito se te puede subir a la cabeza y repetirte; si no tenés éxito te podés aflojar y decir ‘esto no sirve de nada’. Que no sea por esas cosas que escriban, sino por la necesidad de expresarse, de comunicarse contigo mismo y con los otros. Para mí la poesía es mi pasión y no sé qué hubiera hecho sin ella cuando murió mi marido. Es la manera más directa de comunicarme conmigo y con los que amo. Yo aspiro a que mi poesía les llegue a todos.
    P. ¿La poesía fue su salvación?
    R. Una salvación total. Mi marido y yo tuvimos una amistad enorme, y cuando él murió, hace ya 20 años, creí que el mundo se me venía abajo y que ya no iba a escribir. Hice un viaje sola al Asia, donde no conocía a nadie y nadie me conocía, para buscar. Y vino la poesía y la poesía me salvó.